MECANISMOS DE COHESIÓN

- LOS MECANISMOS DE COHESIÓN GRAMATICAL: CONECTORES O MARCADORES DISCURSIVOS

El texto está cohesionado, interrelacionado a través de las relaciones de conexión y coherencia entre las distintas oraciones ( oraciones compuestas) , así como por las relaciones supraoracionales, establecidas mediante conectores que relaciona entre sí partes del texto más amplias que las oraciones ( secuencias de oraciones, macroestructuras) . Todo ello permite que el texto pueda ser percibido y entendido globalmente como una unidad compacta y no como una serie de secuencias diseminadas y dispersas.

Si la conexión se deduce sin más de las proposiciones mismas no será necesario conectivos ( Empezó a llover. Cogí el paraguas) o simplemente usar una relación coordinativa (Hubo un cortocircuito y nos quedamos a oscuras)

Atendiendo a su finalidad, los conectores se pueden clasificar de la siguiente manera:

a) Los que estructuran el texto

Este tipo de conectores va marcando las sucesivas etapas del texto

- De enumeración u ordenadores

En primer lugar, a continuación, además, finalmente; primero, segundo, tercero; de un lado, de otro, por último; tanto, como.

- De reformulación o sintetizadores

Para sintetizar, en resumen, en breves palabras, en conclusión, en definitiva, en fin

b) Los que estructuran las ideas

Expresan las relaciones lógico-semánticas del texto conectando oraciones o enunciados

- De adición

Además, también, en ese sentido, a ese respecto, dicho sea de paso, igualmente, asimismo, más aún, y lo que es más, a propósito, por cierto

- De oposición o contraste

De otro modo, sin embargo, en contraste, por el contrario, a pesar, ahora bien, de todas maneras

- De causa o consecuencia

Ello se debe a , es por ello por lo que; por lo tanto, entonces, por consiguiente, en consecuencia; de lo contrario, si no

- De condición

A condición de que, con tal de que

- Temporales y espaciales

- Cuando, en ese momento, entonces, después; enfrente, delante de, detrás de

c) Los que introducen operaciones discursivas

Sirven para mostrar la posición del emisor ante su enunciado o para orientar sobre el tratamiento de la información

- De valoración

A mi modo de ver, en el fondo de, en concreto, desde luego, por supuesto, desde mi punto de vista, en mi opinión, por suerte por desgracia, sin duda, probablemente

- De ejemplificación

Por ejemplo, en concreto, especialmente, como muestra

- De tematización : en cuanto a, por lo que se refiere a, por lo que respecta a , e lo concerniente a, a propósito de

o

Además de los conectores señalados, pueden funcionar como enlace los nexos oracionales (coordinantes o subordinante) .

Hay que tener en cuenta el valor nexual de las formas no personales del verbo .Pueden ser sustituibles por proposiciones subordinadas y por tanto relacionan oraciones:

La perturbación que producen dos niños llorando juntos: tiene los valores de subordinación temporal (cuando lloran) y de subordinación adjetiva ( que lloran) .

También es preciso considerar en este aspecto los adverbios , las locuciones ( a base de ensayar = ensayando) y las subordinadas consecutivas ( de tan contento que iba, no cabía en sí de gozo)

Puede darse el caso de que el inicio de párrafo no vaya introducido por ningún conector. En ese caso se habla de tematización. Dicho párrafo puede iniciarse con una idea anteriormente citada o por un concepto nuevo

1. Determina el valor de los marcadores discursivos y de los conectores

EL TODO Y SUS (PROPIAS) PARTES

La perturbación que producen dos niños llorando juntos no tiene por qué ser la suma de las perturbaciones que estos mismos niños producen cuando lloran por separado. Si al ponerse en contacto, surge un conato de pelea o de competencia, entonces el berreo conjunto puede ser mayor que el que resulta de la suma de los dos berreos individuales: es decir, el escándalo global arrecia. Si, por el contrario, lo que se establece es una corriente de mutua curiosidad, entonces es bien posible que el escándalo global amaine, incluso que ambos terminen muertos de risa entre los todavía gruesos lagrimones. (Sólo en el improbable caso de la indiferencia, ocurre que el todo es la suma trivial de las partes) .

Este sencillo ejemplo ilustra, de hecho, toda una forma de inteligibilidad científica, toda una manera de comprender el mundo. El científico puede decir que comprende si es capaz de inventar una representación ( un modelo) que relacione las tres ideas: el todo (el supernido AB), las partes (los niños A y B) y la interacción (el Conjunto de las mutuas reglas del juego). Se puede predecir así el fenómeno supernido a partir del concepto de niño: es la síntesis (de las partes al todo) . En el sentido inverso se puede descubrir la existencia del fenómeno niño a partir ( nunca mejor dicho) del concepto de superniño: es el análisis ( del todo a las partes) Y todo ello a base de ensaya las diferentes interacciones posibles que hagan encajar, cada vez mejor, el conjunto de todos los comportamientos observables.

Jorge Wagensberg:, Mundo científico, nº 169

2.Analiza los mecanismos de cohesión sintáctica que aparecen en el siguiente texto y di de qué tipo son:

El fondo de esta cuestión de leer o no leer no está desde luego en que haya caducado una civilización del libro o “Galaxia de Guttemberg”, y nos encontremos de nuevo en la de la imagen, según los diagnósticos del señor MacLuhan, cuyos herederos –me dicen- han abierto una librería en NuevaYork, porque esto de barajar civilizaciones y galaxias, como quien en botica pone tarros, es fascinante deporte de ciertos intelectos, pero más bien no va a parte alguna. Se trata de algo mucho más simple y más tremendo que, por ejemplo, ha señalado Allan Bloom, con cierta “sans façon” incluso, al hablar de sus estudiantes universitarios: que a la inmensa mayoría de éstos ni se les pasa por la cabeza que un libro, como en una pintura, puede tener que ver algo con su vida hasta poder trastornarla. ¿Para qué leer entonces, verdaderamente? Las motivaciones y automatismos pedagógicos de la lectura quedan bien risibles. La vida es lo que importa a todos.

En realidad, como decía, los antiguos analfabetos lo que envidiaban era eso: leer para vivir y pensar, y convertirse en hombres; y, en su frustración y angustia, sabían tan perfectamente lo que un libro es como un filósofo

José Jiménez Lozano, de “Libros, analfabetos y el elefante de Alcuino” en ABC, 7 de junio de 1996

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